Carlos Barros. Red Académica Internacional Historia a Debate.
El marxismo ha venido tratando lo nacional como un “problema” o “cuestión”, sin desarrollar un concepto propio de nación. Contribuyó negativamente la noción simplista de Stalin, descriptiva y cerrada. Imperó el interés puramente político y externo al hecho nacional.
En el libro de Carlos Barros, partiendo de la intuición del judío bolchevique Ber Borojov sobre el uso del concepto “condiciones de producción”, profusamente utilizado por Marx y Engels, se investigan todos sus escritos, tanto teóricos-metodológicos como periodísticos o cartas, a fin de sacar a la luz la noción subyacente de nación, materialista y dialéctica, que informaba sus posicionamientos sobre los hechos nacionales de su tiempo, que les llevó a apoyar con entusiasmo al nacionalismo irlandés y polaco, al tiempo que la unificación alemana.
Combinaron los fundadores con destreza lo material-objetivo (geográfico y económico) con lo ideal-subjetivo (histórico, político y cultural), con sus frecuentes y paradójicos cruces. Partiendo de la división histórica de la humanidad en clases y naciones. Devolviendo al primer plano explicativo las condiciones económicas, entrelazadas con las condiciones naturales e históricas, para aprehender la historicidad, la viabilidad y la durabilidad de las naciones.
El momento es oportuno para redescubrir, siglo y medio después, la sorpresiva superioridad del método de Marx. En el siglo XXI, vivimos con la globalización el retorno de lo nacional: resurgen las viejas naciones sin Estado, entran en crisis los decimonónicos Estados-nación y emergen en el ámbito global esbozos de nuevas relaciones de nación. Superposiciones móviles que exigen para su comprensión global del método marxista original, materialista al tiempo que subjetivista y complejo, distante por supuesto de la superficialidad y la bronca hoy políticamente dominantes.
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